lunes, 23 de febrero de 2015

África


En mi estadía en Marrakesh (todavía debo este post), dos días me fui para el Desierto de Sahara.
Miro las fotos y leo mi cuaderno hoy, y no puedo creerlo.
Una de las mejores experiencias.

Salimos (eramos 12 amigos) a las 6 am, 9 hs en combi desde Marrakesh, 5 paradas en el medio para sacar fotos, desayunar, almorzar...

Una de ellas fue en la Kasbah de Ait Ben Haddou en donde se filmaron muchas películas como ” Lawrence de Arabia ” ” Babel ” y 
“Gladiator “. 




 Los guías que nos acompañaban paraban de la nada a rezar. 
Rezan 5 veces al día : Fajr (amanecer antes de la salida del sol), Zuhr (cénit), Asr (media tarde antes de la puesta del sol), Maghrib (anochecer), Isha (noche)

A las 19 hs apróx llegamos a un lugar donde nos esperaban ellos: los camellos. Que olor que tenían por favor. Bañarlos jamás. Dos horas viajando arriba de ellos, con luna llena, metiendonos de a poquito en el desierto.

 Con Luis!


Llegamos a Sahara para cenar. Menú: Tajine de pollo. La temperatura empezó a bajar y "los guías" se prendieron un fueguito y nos pusimos todos a bailar. En ese momento me sentía en una secta. Fue todo muy raro, pero les seguí la corriente siempre.
 De tomar nos daban whisky bereber para calentarnos, el cual tiene su historia.


"A mediados del siglo XIX, los ingleses tuvieron que buscar nuevas salidas comerciales para el té, a causa de la guerra de Crimea, que inhabilitaba el mercado eslavo. Se volvieron entonces hacia Marruecos, concentrándose en Mogador y Tánger. Hasta ese momento la infusión favorita de los árabes era la de menta y durante el invierno la de ajenjo. Al suavizar el té el amargor de estas infusiones, el cambio fue muy bien acogido entre la población, generando incluso un arte del té. El té verde, generalmente Gunpowder, ha pasado a ser parte indispensable de la hospitalidad marroquí. Se le conoce popularmente como el “whisky bereber”
El té es una verdadera ceremonia. Lo prepara normalmente el anfitrión de la casa o en su ausencia su mujer o la persona de más edad. Si tuviéramos ocasión de ser invitados a un té árabe, asistiríamos al siguiente ritual:
Se ofrece a los invitados una jofaina con agua fría, para que puedan lavarse las manos. Tras ello, alguien traerá un hervidor lleno de agua, la caja del té verde, el azucarero y sobre una bandeja, la tetera y los vasos con un ramito de menta fresca. Mientras el agua empieza a hervir, se pone en la tetera una cucharada de postre de té para dos vasos. Cuando el agua hierve se vierte una pequeña cantidad sobre el té, moviendo la tetera con un suave movimiento circular para mojar el té, y se vacía el contenido en un vaso."

Y así fue. 

Así nos esperaban para la cena

 El fogón
 
"Camelleros animando" y el baile.


Después de eso, nos fuimos a dormir en las carpas que estaban ahí.
Ambientadas con colchones, mantas, velas. 
Los baños eran palanganas en otra carpa, durísimo! 
Me levanté para ver el amanecer ahí, hermoso. La nada misma.

Desayunamos, fotos, y otra vez el viaje. Pero al revez: primero camello y después 9 hs de combi hasta Marrakesh.








Derechito a bañarme a sacarme el rico olor a camello!

Buen lunes! Último de febrero!
Me gusta empezar las semanas viajando!












2 comentarios:

  1. Que lindo eso, bien exotico todo el tema del desierto.. los camellos, las dunas, toda una experiencia.. que buen viaje!
    Buena semana

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  2. Me encantaria conocer Marruecos!! me encanto lo del té, sabia que era re importante la ceremonia pero no de donde venia! Beso!

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